Unidad 3
Genética, Cultura y Género
La genética establece un sexo biológico binario (XX o XY), influyendo en diferencias físicas y neurocognitivas. Sin embargo, esta visión se complejiza al considerar experiencias como la disforia de género, que demuestran una desconexión entre el sexo biológico y la percepción de la identidad, resaltando la profunda influencia de la cultura sobre el género.
Construcción Sociocultural de la Sexualidad y las Identidades de Género
La sexualidad es una construcción simbólica compleja que abarca el cuerpo, el placer, las emociones, las normas sociales, las relaciones de poder y las creencias. No se limita a la función reproductiva, sino que expresa la experiencia afectiva y social de los cuerpos. El género, por su parte, es una construcción social basada en los roles esperados según el sexo asignado al nacer. A través de la socialización, se aprenden y refuerzan comportamientos "esperados" de hombres y mujeres, lo que puede perpetuar desigualdades estructurales.
Históricamente, la psicología contribuyó a la patologización de la diversidad sexual y de género, considerándolas enfermedades. Hoy en día, se reconocen estos enfoques como discriminatorios, y se reivindica el respeto a la identidad como un derecho humano fundamental. En el contexto ecuatoriano, la violencia de género es un problema estructural y masivo, afectando a más del 60% de las mujeres en múltiples formas: psicológica, física, sexual, laboral y obstétrica. Esta violencia está arraigada en un sistema de poder desigual que normaliza la subordinación de las mujeres.
Inclusión y Exclusión Social
La globalización ha exacerbado las desigualdades existentes. La exclusión social va más allá de la pobreza, implicando la falta de acceso a derechos básicos y a la participación en la sociedad. Se basa en jerarquías impuestas de tipo económico, cultural y político, que marginan a ciertos grupos de la plena vida social.
Conformidad y Obediencia
La conformidad y la obediencia son formas cruciales de influencia social. La conformidad implica un cambio en la conducta individual para ajustarse a las normas o expectativas de un grupo de pares. La obediencia, por otro lado, es un cambio de comportamiento que resulta de la presión o instrucción de una figura de autoridad legítima. A diferencia de la conformidad, la obediencia requiere una jerarquía clara y, a menudo, vigilancia. El conformismo, ya sea consciente o inconsciente, es la imitación del comportamiento grupal, lo cual contribuye a la armonía social, pero puede, a su vez, limitar el pensamiento crítico individual. El control social se refiere al conjunto de normas y sanciones (formales e informales) que regulan la conducta social para mantener el orden, siendo ejercido tanto por instituciones como por la interiorización del deber individual.
La Persuasión y la Era Digital
La persuasión es un proceso intencional de influencia social que busca modificar actitudes, creencias o comportamientos a través de la comunicación. En la economía digital, los métodos de influencia han evolucionado drásticamente. Algoritmos, redes sociales y diversas plataformas influyen constantemente en nuestras decisiones, deseos y patrones de consumo. Las identidades digitales son fluidas y cambiantes, y la tecnología reconfigura continuamente nuestro sentido del yo y, por ende, del bienestar. En este escenario, los algoritmos emergen como nuevas formas de poder, regulando la información que recibimos y con el potencial de aumentar la desigualdad y el control social, a menudo sin transparencia.
Influencia en el Grupo
El grupo ejerce una poderosa influencia en la conducta individual, lo que puede fomentar la cohesión, pero también generar efectos negativos. El liderazgo se ha estudiado en sus distintos estilos (autocrático, democrático y laissez-faire), demostrando cómo el estilo influye directamente en la conducta del grupo. La desindividuación ocurre cuando las personas, al integrarse en un grupo, pierden su sentido de individualidad y pueden actuar de forma impulsiva, violenta o apática, influenciadas por la masa. El pensamiento grupal surge cuando los miembros de un grupo priorizan el consenso sobre el pensamiento crítico, lo que puede llevar a decisiones erróneas debido a la presión social. Finalmente, el prejuicio es un juicio anticipado y negativo sobre una persona o grupo, operando a menudo de forma inconsciente y vinculado a procesos culturales y sociales que refuerzan la discriminación.
La Agresión
La agresión se distingue de la violencia por la intención de causar daño. Mientras que la agresión implica esta intencionalidad, la violencia puede manifestarse en formas físicas, psicológicas o estructurales. Las definiciones específicas varían según la disciplina de estudio.
La Atracción, la Intimidad y el Sentido de Pertenencia
El sentido de pertenencia es la identificación emocional con un grupo o entorno, generando compromiso y construyendo una memoria colectiva. Es fundamental para la salud emocional y social del individuo. La atracción interpersonal hacia otras personas surge por factores como la similitud, la cercanía, la reciprocidad y la personalidad. El amor, aunque complejo de definir, es una emoción vital que nos conecta con otros, nos proporciona sentido de pertenencia, seguridad y fomenta el desarrollo emocional. La conducta prosocial, que incluye acciones orientadas al bienestar de otros como la solidaridad o la cooperación, es clave para la vida en sociedad y la evolución humana.
Conflicto y Pacificación
Ignacio Martín-Baró propuso que la psicología social debe abordar los conflictos desde su raíz histórica y estructural, con una conciencia crítica y un firme compromiso con los oprimidos, lo que él denominó Poder, resistencia e ideología. La Psicología de la Paz es un área que estudia el conflicto, la violencia y la paz, buscando prevenir la violencia estructural y fomentar la paz positiva a través de la investigación, la educación y la acción social.
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